Sabía de la existencia de una madura muy pechugona cerca de donde vive, así que este chico quiso hacer realidad una fantasía sin cumplir y acudió a su casa simulando ser electricista. Le dijo que debía revisar la instalación y ella le dejó entrar, aunque no tenía ni idea de donde estaban los fusibles. Tras un rato a solas, fue a cobrarle pero ella no esperaba tener que pagar nada, ya que además no le habían avisado de nada. Intentaron llegar a un acuerdo y el joven le dejó claro lo que buscaba, tras meterle mano y acariciar sus enormes tetas. Ella le sonrió y se lo llevó al sofá, donde le pagó por sus servicios chupándole la polla y follando con él durante toda la tarde.