No hay duda de que este chico siente un morbo especial por su madrastra Sheena Ryder, una morena experimentada que aun conserva un cuerpazo. La madura sabe que el jovencito le tiene ganas y una tarde a solas en casa, le besó y se agachó a comerle la polla. Demostró lo experta que es repartiendo mamadas y luego, se abrió de piernas para entregarle sus agujeros, pidiéndole que se la metiese por el culo y gozando de sexo anal a solas en casa.