Categorias: Cerdas
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Cada vez que iba al gimnasio, esta morena se distraía mirando a su entrenador personal. Era un chico guapo y cachas, al cual se quería follar en cuanto surgiese la ocasión. Al principio pensó en invitarle a su casa pero un día, entró en el gimnasio directa a por él, besándole y chupándole la polla como una golfa. Luego se quitó sus leggings y quemaron calorías con una follada brutal que calmó las necesidades de esta zorra.