Tras despertarse y vestirse, esta jovencita se puso manos a la obra, ya que tenía pensado limpiar un poco la casa. Empezó por la ducha, pero como es bajita no llegaba a ciertas zonas, así que le pidió ayuda a su vecino que la cogió en brazos para que repasase un poco toda la suciedad. Lo que pasa es que mientras la sostenía, no pudo evitar comerle el coño allí mismo y viendo como estaba el tema, la rubia decidió dejarlo todo y terminó por zamparse su rabo, en un polvazo casero en el sofá.