Categorias: Dogfart
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Después de una dura mañana de entrenamiento en el gimnasio, fui a los vestuarios a darme un buen baño y noté que estaba de lo más dolorida. Empecé a darme masajes cuando de repente, descubrí que cerca de las taquillas habían agujeros en la pared, de donde salieron tres pollas negras enormes. Se trataba de un glory hole, o más bien de varios, algo que me tentó demasiado y que me llevó a follarme a todos esos chicos anónimos y saborear sus vergas.