Categorias: Cerdas
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Conocí a una zorra rusa muy guapa, que al principio parecía muy tímida y recatada. Pero tras tomarnos unas copas, acabamos en mi casa y ahí cambió su actitud, convirtiéndose en una adicta al sexo. La guapa rubia se quitó la ropa y cuando me enseñó su cuerpazo, enseguida mi polla se puso bien dura y lista para la acción. La agarré del pelo y la sometí en el sofá, donde perforé su coño depilado mientras ambos disfrutábamos de un polvazo.